La miocardiopatía hipertrófica (MCH) ha sido tradicionalmente considerada una de las principales causas de muerte cardiovascular en atletas. Esta percepción se basaba en estudios que sugerían que la práctica de ejercicio físico podría incrementar el riesgo de arritmias y, por tanto, de muerte súbita cardíaca (MSC).
Recientemente, estudios adicionales han aportado una visión más matizada, indicando que el riesgo de MSC durante la actividad física es probablemente mucho menor de lo que inicialmente se pensaba. A pesar de este avance en el conocimiento, la mayoría de los atletas diagnosticados con MCH siguen viendo restringida su participación en deportes competitivos. Esta situación los sitúa en una especie de «zona gris», en la que la información sobre qué actividades pueden realizar para mantener un estilo de vida activo es limitada o inexistente.
Por otra parte, los profesionales sanitarios a menudo muestran reticencias a la hora de ofrecer recomendaciones claras, motivados por la escasez de datos robustos y su inseguridad en cuanto a la prescripción de ejercicio para pacientes con enfermedades cardiovasculares. Como consecuencia, muchas personas con MCH adoptan un estilo de vida sedentario, lo que incrementa su riesgo de desarrollar factores de riesgo cardiovascular y enfermedad aterosclerótica.
En este contexto, se ha planteado la importancia de prescribir ejercicio físico de manera individualizada, buscando un equilibrio entre la prohibición de deportes competitivos de alta intensidad y el sedentarismo. Sin embargo, la literatura científica disponible sobre programas de ejercicio personalizados en pacientes con miocardiopatía hipertrófica es aún escasa.
El estudio italiano que analizamos tiene como finalidad analizar las características de los pacientes con MCH que realizan actividad física aeróbica de manera regular y compararlas con aquellas de pacientes sedentarios con la misma patología. Además, se propone evaluar los efectos y la seguridad de una prescripción personalizada de ejercicio de intensidad moderada, considerando como indicadores la supervivencia libre de MSC, MSC abortada, descargas apropiadas del desfibrilador automático implantable y la aparición de taquicardia ventricular sostenida.
La población del estudio estuvo compuesta por 71 pacientes con MCH, 33 físicamente activos (97 % hombres; edad media: 39 ± 14 años) y 38 sedentarios (84 % hombres; edad media: 38 ± 14 años). Ninguno presentaba comorbilidades graves.
Los parámetros de CPET: Los pacientes físicamente activos con MCH lograron cargas de trabajo más altas en comparación con los pacientes sedentarios con MCH, tanto en el esfuerzo máximo. En la tabla expuesta a continuación se aprecian las diferencias en relación con los diferentes parámetros CPET.
En definitiva:
En este estudio, se analizan las características clínicas, electrocardiográficas, ecocardiográficas y cardiopulmonares de pacientes con MCH en función de su nivel basal de actividad y su respuesta al entrenamiento. Los principales hallazgos del estudio son los siguientes:
En cuanto a la incidencia de taquicardia supraventricular, hay que resaltar que en pacientes con MCH, la FA se asocia con una morbilidad significativa, una calidad de vida deteriorada y un alto riesgo de muerte por cualquier causa, MSC y muerte relacionada con IC; además, la FA se asocia con un riesgo sustancial de accidente cerebrovascular, ya que el riesgo de embolización sistémica es alto en pacientes con MCH y FA. Además, los pacientes sedentarios a menudo tienen sobrepeso, y la pre-obesidad y obesidad se asocian de forma independiente con la FA. Por lo tanto, estar activo parece no solo inducir arritmias ventriculares, sino también proteger de la FA, con un impacto positivo bien conocido en el resultado clínico de la MCH. Que se apreció en este trabajo:
- Se produjo una TSV no asociada en reposo en pacientes que practicaron ejercicio más allá de los umbrales prescritos y en pacientes sedentarios.
- Se observó una mayor incidencia de FA en el grupo sedentario que en el activo.
Un pequeño grupo de pacientes con MCH fue seguidos durante 24 ± 12 meses desde la primera evaluación para la prescripción de ejercicio:
Otros estudios:
CONCLUSIONES
- En pacientes con miocardiopatía hipertrófica, el sedentarismo disminuye la capacidad cardiopulmonar y física.
- El ejercicio moderado mejora el rendimiento y eficiencia ventilatoria sin eventos adversos.
- La prescripción individualizada de ejercicio moderado es viable para contrarrestar el sedentarismo en pacientes seleccionados, sin reportarse eventos cardíacos mayores. Un estilo de vida sedentario empeora rápidamente la capacidad de ejercicio.
- Se requieren más estudios, especialmente con grandes muestras y mujeres, y estrategias para mejorar la adherencia al ejercicio personalizado.
REFERENCIA